¿Que parte de mi soy yo y no lo otro de mi que no soy yo sino la diferencia, lo que hace que no sea otra cosa? ¿Cual es la carne que me ubica en la carniceria universal? ¿lo particularmente mio o el espacio formado por todas las cosas que no soy?. La verdad es que debo ser una mezcla de todo: de nada y de ser; de ser y no ser; de alba y ocaso; de agua y fuego.
La verdad es la unidad de la unidad y la diferencia.
¿Como puedo pensar a un ser infinitamente perfecto y elevado que carezca de existencia, de lo otro de si mismo?
Imagino un monje en una abadia benedictina, recostado, insomne, febril; recitando ante la nada una sentencia:"id quo nihils maius cogitari nequit" (dios es aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado). En determinado momento de la noche, queda completamente dormido; entonces sueña que piensa; piensa dos dioses, dos infinitos. Ve lo imposible: la yuxtaposicion del todo, dos universos que son uno y varios; dos infinitos.
Duplicaciones esparcidas en la eternidad.
Ve la serie de los numeros naturales
Y la serie de los pares
Todas perdidas y cruzadas en los diferentes universos que vislumbra.
Ve el uno siendo todos.
Ve verdades, hombres toros palpables, damas deseantes y cuerpos ardientes.
Sueña el concepto del deseo, lo aprende, se erecta, se convierte en placer, en otros seres, en si mismo, varias veces.
Sueña que se vuelve loco, que nada en un rio de lodo y respira esquirlas.
Sueña que piensa el vomito y el cuerpo sudando;
Le transpira tambien el pensamiento.
El alba le trae la tranquilidad; se sienta y como todos nosotros, escribe su Proslogion, su tratado de logica, de matematica, su informe diario, su planilla de contabilidad, su nota periodistica.
Se sienta y explica el mundo.